Estábamos a meses de que iniciara la pandemia en 2020. Yo me había visto forzada a nuevamente tomar un empleo para sostener mi emprendimiento ya que aún no había encontrado la forma de posicionarme como coach de una forma que fuese sostenible, qué decir de éxito.
Pero, como dicen los grandes de la historia de los negocios, el éxito es una mentalidad que sostienen aquellos que van más allá de sus circunstancias y así, con un pie puesto en un trabajo, emprendí y me propuse crear mi primer taller dirigido a emprendedores y empresarios llamado "Acelerador de Éxito para Emprendedores". Estaba basado en prácticas de coaching de alto rendimiento, psicología positiva, PNL y tuve la visión de colaborar con otros expertos reconocidos de la ciudad pidiéndoles que participaran del taller que duraría todo el fin de semana. Y así fue como quedó la lista de expertos que impartían el taller:
Como coach de vida femenino, me identifico más como una coach que representa la cultura de éxito más que a las relacionadas con temas de salud y espiritualidad, común en las expertas femeninas que vemos con frecuencia. Opté por seleccionar colaboradores masculinos y les pedí que plantearan un tema que compartirían en su ponencia dentro del taller. que estuviera relacionado con la cultura de éxito. Entre ellos, hubo uno en especial que proponía un tema particularmente novedoso; me refiero a Jorge Pineda, director de Vivir en Consciencia (el segundo de derecha a izquierda en la foto). El título de su ponencia era: Emprendimiento Holístico: Una nueva perspectiva del dinero.
Y es que Jorge tiene muchos años atendiendo a emprendedores y empresarios en la toma de decisiones que los lleva a ser exitosos o aumentar su éxito según sea el caso, lo que se refleja en bienestar y abundancia.
Al cabo de unas semanas, me invitó a su taller "Numerología Védica Tántrica" explicándome que era un taller dirigido a formadores, expertos, terapeutas etc. para incrementar sus herramientas a la hora de trabajar con clientes y poderlos ayudar de manera más profunda. Tuve forma de conseguir las instalaciones para su taller y a cambio yo podría tomar su curso. Digamos que estaba destinado a ser que yo fuera su aprendiz, pero admito que fue una oportunidad que yo no estaba buscando activamente, sino que llegó a mí. Aún así, bendita oportunidad porque vino a marcar mi vida para siempre.
Todo era nuevo para mí, conceptos, lenguaje, entendimiento. Reconozco que yo también tuve una barrera mental cuando recién fui expuesta a la información y me parecía demasiado bueno para ser cierto que pudiéramos saber tanto basándonos en la fecha de nacimiento de las personas.
Pero a medida que fue avanzando el curso, me fue gustando más y más lo que aprendí. Entre ellas:
1. Recordé mi verdadera esencia
A medida que vamos creciendo, adquiriendo responsabilidades, obligaciones, y nos rodeamos de personas que constantemente proyectan sus expectativas hacia nosotros, nos olvidamos de quiénes somos. Nos sentimos perdidos. Con numerología, recuerdas quién eres tanto en los aspectos de luz cuando todo va en equilibrio, como los de sombra cuando estamos en un punto bajo o con la energía mal dirigida.
2. Uní los puntos
Somos seres complejos, y aunque ya llevaba años haciendo introspección, ya contaba con una certificación profesional como coach de vida y PNL, yo también tuve sesiones de coaching para trabajar en mí, pero nada me trajo tanto claridad de hacia dónde voy, por qué soy como soy, mis dones, como la numerología.
3. Descubrí mi misión primaria y mi misión secundarias de vida.
Con la numerología, es posible encontrar esa actividad, vocación, profesión que te llevará a ser feliz y exitoso. Durante el transcurso de nuestra vida, recibimos señales que nos están tratando de encaminar a cumplir esa misión (o misiones si en tu caso tienes más de uno como yo) pero muchas veces ignoramos éstas señales porque creemos que es otra la actividad que deberíamos de estar haciendo o que nos promete más estabilidad, alejándonos una vez más de nuestra esencia.
Asumí mi misión y mis números.
El conocimiento no es poder a menos que lo llevemos a la práctica. Mi misión principal es "Experiencias Peculiares". Suena un poco ambiguo, pero de verdad que describe bien mi vida. Tengo una lista de historias fuera de lo común que me han llevado a convertirme en quién soy hoy. Pero en su momento no sabía que hacer con ese conocimiento y con mis historias así que decidí enfocarme en mi segunda misión de vida: Comunicación.
Al principio, no tenía claro qué hacer. 5 años atrás de eso, cuando me estaba preparando para iniciar mi carrera como coach, decidí que era necesario desarrollar mis habilidades de comunicación si algún día quería llegar a ser una coach exitosa así que me uní al club de Toastmasters de la empresa para la que trabajaba y logré convertirme en la secretaria de educación, que básicamente es la persona experta en ayudar a los demás a aprender el método y mejorar sus habilidades de comunicación. La vida ya me había puesto ahí, pero yo no hice caso de las señales. En mi mente, yo me estaba preparando para ser coach de vida.
Así que cuando me entero que mi segunda misión de vida consiste en dedicarme a la comunicación empecé a preguntarme qué podía hacer. Me dediqué a buscar respuestas.
Un año después, ya estaba enseñando comunicación en una plataforma originaria de Ucrania en la que aún tengo presencia y empecé a tener mis clientes y a construir una reputación. Hoy estoy posicionada como la mejor instructora de oratoria en esta plataforma pero en mi opinión lo más importante es todos los cambios positivos que vinieron a mi vida desde el momento en que me tomé en serio el poner a la práctica lo que había aprendido en el taller.
Pude por fin lograr independizarme, cuando antes lo había intentado todo para poder ser independiente y nada parecía dar resultado. No estaba alineada con mi misión de vida.
Con el tiempo, me fui especializando cada vez más en comunicación y aprendí el poder del "Storytelling". Ahora ya sé que hacer con mis experiencias peculiares. Ahora todo tiene sentido.
Tengo la bendición de haber servido a estudiantes en más de veinte países en el mundo quienes primero me buscan para mejorar en sus habilidades de comunicación, pero que después me permiten ser su coach de vida, su coach de negocios, su numeróloga y muchas cosas más.
Nunca he sido más feliz en mi vida y aunque aún tengo mucho camino por recorrer, estaré por siempre agradecida a mi maestro Jorge Pineda por haberme mostrado el camino de la numerología y enseñarme a usar este conocimiento con mis clientes.
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